Quantcast
Channel: PSOE – La Tribuna
Viewing all articles
Browse latest Browse all 114

Dimisión, al fin, de Pedro Sánchez

$
0
0

Jesús Cuadrado *

Jesús_CuadradoSi el PSOE tuviera un líder podría votar “no es no”, abstenerse, acordar una investidura alternativa, ir a terceras elecciones y explicarse y asumir el coste de las consecuencias. Si tuviera un líder, pero no lo tiene. Un dirigente político que evita la responsabilidad de dos derrotas seguidas pierde el derecho a ser escuchado por los electores y un partido que, por tacticismo, le deja hacer debe prepararse para nuevas desgracias.

A pesar de la encomiable lealtad de los más acérrimos simpatizantes socialistas, pocos electores pueden digerir tanto bandazo, en tan poco tiempo, de Sánchez, Óscar López y Antonio Hernando, el trío dirigente. Primero fue el pacto con Ciudadanos, con propuestas básicamente neoliberales, que ahora les recuerdan Rivera y Rajoy, avalado por una pregunta a los militantes con un texto humillante. Y ahora exhiben un rechazo frontal a “las derechas”, concretado en el “no es no”, que no supone estrategia alternativa alguna, sino una simple tabla de salvación para navegantes que huelen naufragio, un fármaco milagroso para curar derrotas electorales.

Todo este activismo para evitar la única declaración que, en democracia, se espera de un líder que fracasa: “Dimito para facilitar los cambios necesarios en mi partido”. Por el contrario, provocando espejismos en los seguidores, el trío siembra la plaza pública de sentencias absurdas, irracionales. Así, desde la propia dirección del partido, se dice que, cuando en la próxima investidura Rajoy pierda la votación, “tendremos que ver qué es lo que planteamos”, que cuando ocurra lo previsto el PSOE “tendrá que tomar alguna iniciativa”. Parecen guiones dictados por sus amigos los productores de “Aquí hay tomate” o “España pregunta, Belén (Esteban) responde”.

Llueve sobre mojado. No será con “zascas” por brillantes que parezcan como se supere el grado de desconcierto y descorazonamiento que golpea a la izquierda española. Se ignora que, en el nuevo ciclo del post-bipartidismo, más decisivo que el hecho de la construcción en España de un bloque político al servicio del neoliberalismo, es que su contraparte, un bloque alternativo de izquierdas, ni esté ni se le espere hoy por hoy. El plan que aglutina a los neoliberales españoles es sencillo: abrir una etapa de gobierno con el apoyo explícito de 170 diputados, encadenar a ese proyecto al PSOE y sus 85 parlamentarios e inutilizar los 71 votos de Podemos.

Y justo ahora, cuando el neoliberalismo español intenta recomponerse, Felipe González moviliza a una tropa de exministros que, desde sus Consejos de Administración y centros de poder, a los que accedieron gracias al uniforme PSOE, en pleno carajal de desconcierto socialista, refuerzan la campaña del miedo para encadenar al PSOE y satanizar a Podemos. Lanzan, así, la mayor carga contra la imprescindible regeneración del PSOE y su vinculación a un bloque alternativo desde la izquierda. Aunque, identificados como quienes han participado en las decisiones sobre cláusulas suelo, preferentes, hundimiento de Cajas, precios desproporcionados de la energía o aprobación de retribuciones de infarto de dirigentes de empresas de cuasi monopolio, nadie les ha prestado atención. Habrán descubierto que “ya no hay pájaros en los nidos de antaño”, como en El Quijote de Cervantes.

Pero, coincido con Iñigo Errejón, no es el Partido Socialista el único que tiene que “mutar”. Si la tesis “El próximo gobierno de izquierdas será de PSOE y Podemos, o no será” es correcta, para ofrecer a los españoles una alternativa viable de izquierda, debe cambiar el PSOE y debe cambiar Podemos. Los primeros deberán prescindir de pesadas cargas neoliberales y los segundos tendrán que soltar inútiles mochilas de anticapitalismo primario, como les han advertido sus asesores, el Nobel Joseph Stiglitz o Thomas Piketty. De hecho, para una alternativa de izquierda, está casi todo por hacer.

En Podemos, y en las fuerzas políticas territoriales aliadas, si pretenden aportar al nuevo mapa político una visión de largo recorrido, deberían abandonar su oferta, orientada a arrancar algunos votos, sobre un hipotético gobierno alternativo que incluya a quienes se autodefinen como independentistas. Saben que es inaceptable para el PSOE y, si insisten en esa falsa alternativa, perjudican la opción futura del único gobierno posible de izquierda para España. Dando por hecho que los milagros no existen, sería deseable, para los intereses de los electores de la izquierda, que se configurara una posición estratégica entre Partido Socialista y Podemos sobre la próxima, o próximas, investiduras de Rajoy. ¿Hoy no es posible? Pues, en ese caso, preparémonos para una larga e incierta travesía.

Lo cierto es que si se analizan los datos cruzados del último CIS sobre opiniones políticas y los “zascas” en redes sociales tenemos guerra entre PSOE y Podemos para rato; simpatizantes de unos y otros muestran posiciones de “enemigos para siempre”. Si liderazgos con visión política no lo remedian, vamos al equivalente de “la guerra de los treinta años”, para regocijo del neoliberalismo español que, si esta pelea se enquista, pueden eternizarse en el gobierno. De momento, el odio divide a la izquierda.

No se trata de anular diferencias programáticas entre ambas fuerzas de la izquierda, con un 22% y un 21% de los votos. Lo que importa es que, como ocurre en Dinamarca, con cinco partidos políticos de izquierda con diferencias enormes entre ellos, los electores comprueben que hay un acuerdo estratégico entre las fuerzas de izquierda que asegura que, si suman, habrá gobierno de izquierdas. Hacer frente, en fin, a la estrategia política de los neoliberales españoles, tal como la ha definido sin complejos Albert Rivera: encadenar al PSOE y marginar a Podemos.

Pero esa guerra no la puede ganar el trío que no sabe qué hacer con el PSOE, a la vez que el PSOE no sabe que hacer con ellos, un liderazgo tan débil que hace fuerte a alguien tan mediocre como Rajoy. Y el tiempo pasa.

(*) Jesús Cuadrado es militante y exdiputado del PSOE.

Viewing all articles
Browse latest Browse all 114

Trending Articles